El tabú de no ser productivo en el home office

Desde que las oficinas invadieron las casas en 2020 y los colaboradores tuvieron que buscar la fórmula perfecta para trabajar desde casa y no fracasar en el intento, marcar límites claros entre el trabajo y la vida personal ha sido una tarea complicada. Aunque la modalidad de teletrabajo tiene muchas ventajas, viene acompañada de desafíos y expectativas que pueden provocar un sentimiento de culpabilidad cuando no se logra ser tan productivo como se espera, además de que las cifras de productividad no nos favorecen en México. En este artículo exploraremos cómo desafiar esas expectativas, encontrar un ritmo propio y deshacernos del tabú de las expectativas del home office.

Comencemos diciendo que las condiciones de teletrabajo no son las mismas para todos. No trabajan en las mismas condiciones alguien que acaba de terminar la universidad que alguien que es jefa o jefe de familia; las responsabilidades son distintas. De igual manera, cada persona tiene su propio estilo de trabajo, de comunicación, su ritmo y sus necesidades. Estas circunstancias pueden afectar la productividad y es importante ser comprensivos y flexibles con nosotros mismos y con los demás.


Consejos para desafiar las expectativas y encontrar tu propio ritmo:

  1. Establece límites claros entre el trabajo y la vida personal.

    Uno de los mayores desafíos del home office es la falta de separación física entre el espacio de trabajo y el hogar. Esto puede hacer que te resulte difícil desconectar y dedicar tiempo a actividades no laborales. Establecer una rutina diaria con horarios definidos para el trabajo y el ocio puede ayudarte a mantener un equilibrio saludable.

  2. Establece expectativas realistas.

    A menudo, sentimos presión para ser hiperproductivos en el home office, pero esto no siempre es factible. El trabajo remoto puede tener sus propias distracciones y desafíos, y es posible que no seamos tan productivos como en un entorno de oficina. Ser conscientes de nuestras limitaciones y aceptar que no todos los días serán igual de productivos es clave para mantener una mentalidad saludable.

  3. Enfócate en la calidad, no en la cantidad.

    Es posible que no pasemos ocho horas seguidas frente al ordenador, pero lo importante es completar las tareas y alcanzar los objetivos. A veces, un enfoque más flexible y centrado en los resultados puede ser más efectivo que seguir al pie de la letra una agenda de trabajo.

  4. Cuida de tu salud física y mental.

    El trabajo desde casa puede llevarnos a adoptar una vida sedentaria, pasando largas horas sentados frente a una pantalla. Es importante recordar la importancia de hacer ejercicio regularmente, estirarse, tomar pequeños descansos para mover el cuerpo y no mantener la misma posición durante más de dos horas. Además, cuidar de nuestra salud mental es esencial; la soledad, el aislamiento y el estrés pueden ser desafiantes en el home office. Mantener una buena comunicación con los colegas, buscar apoyo emocional cuando sea necesario y dedicar tiempo a actividades que nos brinden satisfacción personal pueden ayudarnos a mantener un estado mental saludable.

  5. Mantén una comunicación efectiva.

    Es fundamental mantenerse en contacto con los colegas y los superiores para garantizar una buena coordinación y colaboración en los proyectos. Compartir nuestros avances, preocupaciones y necesidades puede ayudar a establecer expectativas realistas y recibir el apoyo necesario.

¿Qué es la acumulación de hábitos y cómo puede ayudarte?

En su libro Hábitos Atómicos, James Clear habla sobre una técnica para construir hábitos nuevos, que puedes aprovechar para hacer tu día más productivo. Entre más practicamos un hábito, las conexiones neuronales se vuelven más fuertes y eficientes. Seguramente tienes hábitos de los que ya no eres consciente, como cepillarte los dientes o peinarte. Lo que James Clear recomienda en su libro es aprovecharte de esas conexiones, que son las más fuertes, para introducir un nuevo hábito en tu rutina; a esto se le llama acumulación de hábitos.

La fórmula para esta acumulación es la siguiente:

Antes/después de [hábito actual], voy a [nuevo hábito]

Por ejemplo:

  • Antes de acostarme a dormir voy a meditar cinco minutos.
  • Después de quitarme los zapatos de la oficina voy a ponerme la ropa de deporte.
  • Después de meterme a la cama voy a leer un libro.
  • Antes de responder el primer mail voy a priorizar las tareas del día.

Recuerda que empezar un nuevo hábito que ligues con uno que ya tienes aumenta las posibilidades de que lo mantengas. Lo importante de esta técnica es elegir la señal perfecta para disparar un hábito nuevo, y recuerda elegir el mejor momento del día. Si tu rutina matutina es muy apretada, probablemente hacer ejercicio quepa mejor durante la tarde y tu fórmula se podría ver así: “Después de apagar la computadora me voy a poner los tenis”. Considera en qué momento del día tienes más probabilidades de mantener el hábito que quieres implementar. Para leer más sobre esta técnica puedes ir a este artículo.


Conclusión

En resumen, el trabajo desde casa puede generar un sentimiento de tabú cuando no se logra cumplir con las expectativas de productividad. Sin embargo, es importante desafiar esas expectativas y encontrar nuestro propio ritmo. Establecer límites, tener expectativas realistas, valorar la calidad sobre la cantidad, cuidar de nuestra salud física y mental y comunicarnos efectivamente son algunas de las estrategias que podemos implementar para tener una experiencia de trabajo desde casa más satisfactoria. La técnica de acumulación de hábitos te puede ayudar a implementar hábitos para hacer tu día más productivo. Y recuerda que el trabajo desde casa no es solo una cuestión de productividad, sino también de bienestar y equilibrio.

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